AVDM – Para el portador marítimo resulta fundamental conocer la naturaleza de la carga que transporta, y que esta última sea debidamente embalada e identificada, pues caso contrario el porteador y todos aquellos hombres de que se vale para desarrollar su actividad podrían verse afectados en términos de mayores y serios riesgos. En términos generales, el transporte de cargas que son objeto de embalajes defectuosos o mercancías erróneamente identificadas, especialmente aquéllas denominadas peligrosas según la Organización Marítima Internacional (OMI), pueden resultar en accidentes de importancia.
Generalmente es responsabilidad del exportador o embarcador el embalaje de la mercancía, y de ser colocada esta última en un contenedor, su llenado. Tal circunstancia trae como consecuencia que el porteador sea ajeno a esta operación de llenado del contenedor, la estiba de la carga en su interior, su amarre o trincado, además de la cantidad estibada en el interior de la caja metálica. En otras palabras, es posible que la carga sobrepase en mucho la capacidad misma del contenedor utilizado, circunstancia ésta que puede desencadenar un accidente de serias proporciones. De allí, que la OMI a través de sus comités especializados, haya encontrado que los contenedores con el peso mal declarado tienen un impacto importante en la estabilidad de los buques, camiones y el equipamiento de la terminal, representando esto una amenaza para la seguridad de los trabajadores de la industria que puede, además, suponer un peligro para sus vidas. Un contenedor sobrecargado o mal estibado, por ejemplo, durante la maniobra de izamiento por una grúa de tierra o de a bordo, puede desprenderse por rompimiento de una guaya o avería de la grúa misma, causando la muerte o lesiones de los tripulantes de la nave y/o estibadores.
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